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sábado, 11 de diciembre de 2010

COMO CONSEGUIR 10 AÑOS MENOS

En la isla de Okinawa, Japón, las personas llegan a los 110 años en perfectas condiciones de salud. Investigadores y epidemiólogos descubrieron que esta longevidad está estrechamente ligada a los hábitos y al entorno de los pobladores, y se sintetiza en el concepto “calidad de vida”. No se trata de una píldora milagrosa, sino de un conjunto de prácticas que, sumadas a complementos externos, puede extender la cantidad y la calidad de años de la vida humana. Se trata de un programa integral, preventivo y curativo que, a partir del estudio del envejecimiento natural, descarta los factores perjudiciales que producen un envejecimiento prematuro, proponiendo un sistema de vida de promoción de la salud, aplicando técnicas correctoras de los signos estéticos y orgánicos de decaimiento corporal.
“En la última década, el envejecimiento se convirtió en una rama de la medicina que goza de interés mundial. El descubrimiento de nuevos mecanismos implicados en este proceso ha permitido desarrollar con mayor precisión un frente de defensa basado en sustancias cada vez más específicas. Al mismo tiempo, la nutrigenómica (estudio del impacto de los alimentos en los genes) sentó bases científicas que explican cómo pueden interferir los componentes bioactivos contenidos en los alimentos en la expresión genética”, explica el Dr. Carlos Washington Castells, médico cirujano, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición Clínica, director de la Fundación Instituto Linus Pauling y miembro de la Sociedad Científica Argentina. Castells explica: “Los genes tienen una serie de ciclos programados y en determinado momento las células comienzan a recambiarse más lentamente y a veces lo hacen con defectos. Por ejemplo, esto es muy llamativo en las células de la piel que con el paso del tiempo comienzan a recambiarse dando una piel muy fina que tiende a arrugarse. A nivel hormonal, en determinado momento de la vida (cerca de los 50 años de edad) comienza a decaer la producción de distintas hormonas y con ello se empiezan a atrofiar distintos órganos del cuerpo. Pero esto no significa que todas las personas envejezcan del mismo modo y allí surge el concepto de edad cronológica (la que acabamos de explicar) y edad biológica, que es la edad que realmente aparenta y siente un determinado individuo”.
Ahora bien, ¿es posible parecer diez años menos de los que en realidad tenemos? “La terapia con antioxidantes y componentes nutracéuticos médicamente indicados, junto con el ejercicio moderado, es la mejor estrategia para frenar el envejecimiento. Por otra parte, existen fármacos capaces de contrarrestar enfermedades que antes eran invalidantes y que ahora se tratan de manera rápida y eficaz”, asegura Castells. El Dr. Adrián Jaime, médico especialista en medicina anti-aging, director del Centro de Bienestar y Rejuvenecimiento Medical Center y presidente de la Academia Iberoamericana de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad añade: “Cuando lográs una reactivación celular se produce un cambio interno y externo, lo que se ve reflejado en el aspecto estético. Así que podemos bajar nuestra edad entre 8 y 12 años. En cambio, si una persona tiene una enfermedad grave, envejecerá más que su edad cronológica”. Este especialista desarrolló un proyecto sobre la Teoría de la Reactivación Celular, donde se plantea el problema del envejecimiento estético y orgánico independientemente de la edad del paciente. “Es una teoría que trabajé hace cinco años en la Universidad de Sevilla, en España. Las personas no envejecen en forma fija y mecánica, existen factores particulares e individuales que hacen que este proceso sea dinámico, y esto determina que el envejecimiento se acelere en algunos casos. Podemos hacer protocolos y personalizar el tratamiento de cada uno. Así la célula se puede reactivar, regenerar”, explica Jaime. La Dra. Graciela Melamed, presidenta de la Sociedad Argentina de la Medicina Anti-aging entiende el envejecimiento como “un proceso natural donde se ha producido un desgaste en todos los sistemas. Lo importante es ver cómo mantenemos el equilibrio para que el paciente se deteriore lo menos posible”. Asegura que es imposible frenar el proceso, pero sí acompañarlo para tener una mejor calidad de vida. “Empezamos a ver menos, oímos cada vez peor, somos menos ágiles, perdemos la memoria, tenemos poca concentración y nuestra vida sexual es menos satisfactoria. Encima, se duerme poco y mal, nos estresamos y el soporte es menor. El organismo sabe como autorrepararse pero llega un momento en el cual deja de hacerlo”, sigue explicando Melamed. Según Castells, “si bien el proceso de envejecimiento está programado, nuestros hábitos de vida y alimentarios y algunas sustancias son capaces de acelerar o disminuir el proceso. Por ejemplo, algunos elementos son capaces de lesionar o intoxicar nuestras células dañando su ADN e iniciando un proceso de muerte celular o una división defectuosa que puede traducirse en una enfermedad degenerativa. En la mayoría de los casos, estas sustancias dañinas se conocen como radicales libres y son producidos tanto por nuestro cuerpo (como un arma de defensa) o pueden venir del exterior (plaguicidas, radiación, alimentos oxidados o quemados, etc.)”. Pero advierte que existen sustancias en muchos alimentos que son capaces de protegernos de estas sustancias dañinas, llamadas antioxidantes.
Pablo Benadiba, personal trainer y director de Be Fit, agrega otro concepto más relacionado con el envejecimiento: “Sería imposible vivir sin la presencia del oxígeno. Lo paradójico es que así como nos da vida también día a día la va quitando, ya que este elemento tan esencial induce al envejecimiento, cuando viaja por el organismo, al multiplicar la producción de radicales libres oxidantes. Si bien estos son necesarios para algunas funciones biológicas, dañan las estructuras de otras células. Este proceso se ve favorecido por el estrés, por la mala alimentación, por el cigarrillo, por el alcoholismo o por llevar una vida sedentaria”. Jaime agrega: “Los radicales libres son necesarios porque nos aportan energía, hacen falta para vivir, pero el exceso nos mata. Hacen falta porque nos mantienen la inmunidad, funcionan las hormonas y producen energía. El exceso de radicales libres nos juega en contra, destruye las mitocondrias y el ADN. Y si el ADN se replica, nos puede llevar a un cáncer”.
OTROS TIEMPOS, OTRAS REALIDADES. ¿Se envejece más despacio? Con sólo ver fotografías, parecemos más jóvenes que nuestros padres a nuestra edad. “Esto tiene que ver con los paradigmas. Hace veinte años a nadie se le iba a ocurrir que una de 60 años pudiera hacer gimnasia. La sociedad cambió y se cree que vamos a vivir hasta los 120 años. Pero así y todo, a partir de los 40, el organismo empieza a decaer. Por eso, hay que ver qué necesitamos restituir a medida que avanza el paso del tiempo”, comenta Melamed. “La genética se va mejorando –opina Jaime– y así vivimos más años y de manera diferente. Cambió la sociedad como así también los relojes genéticos, hormonales, culturales y psicológicos. Lo importante es que seamos personas longevas pero sanas, con calidad de vida. La clave es poder mantener la propia autonomía durante la vejez”. Y Melamed aclara: “La medicina de la calidad de vida no es la de la estética. Pero hay que considerar el verse bien porque eso hace que te sientas bien”. Como esta medicina se basa en la prevención, los especialistas recomiendan visitar al médico anti-aging a partir de los 35 años. “Lamentablemente, el que se siente sano, no va al médico, pero es importante hacer prevención para no enfermarse”, dice Melamed.
ULTIMOS AVANCES. Tras un intenso período de investigación y desarrollo, el Sanatorio Diquecito ofrece un programa anti-envejecimiento LifeXtension, un revolucionario tratamiento médico-científico basado en la nutracéutica (sustancias antioxidantes derivadas de los alimentos) cuyo objetivo principal es la prolongación de la cantidad de años de vida y la mejora progresiva en la calidad de la misma gracias a la terapia ortomolecular. “La esencia de esta terapia, impulsada por el Premio Nobel de Química, el Dr. Linus Pauling, consiste en restaurar el equilibrio molecular del organismo a través del aporte de sustancias (mayormente vitaminas y minerales) que se encuentran presentes en el organismo, pero que en algún momento dejan de estarlo en la cantidad óptima, traduciéndose este déficit en enfermedad –explica Castells–. Más recientemente, la nutrigenómica viene a respaldar muchas teorías propuestas por Pauling permitiéndonos conocer dónde actúan precisamente estas ‘moléculas nutricionales’ que ahora conocemos con el nombre de componentes bioactivos”.
El Dr. Jaime, por su parte, desarrolló un medicamento compuesto por un complejo antiage –lisados celulares, biopéptidos, oligoelementos y reguladores metabólicos naturales, embrioterapia y polinucleótidos–, además de un programa de alimentación, actividad física y complementos nutracéuticos que en su conjunto desencadenan un proceso de rejuvenecimiento estético y restauran la vitalidad en general. “Un test determina cómo se da la oxidación, cómo envejece la célula y se combinan tratamientos orgánicos y estéticos que restituyen todo lo perdido. Hay que saber que el deterioro comienza a los 30”, indica Jaime.
Melamed cuenta que “la ciencia avanzó mucho en cuanto a la evaluación de las disfunciones. Hoy se pueden medir marcadores de estrés, de riesgo cardiovascular, de las funciones hormonales y existen incluso test psicológicos que permiten conocer qué tipo de paciente tenemos enfrente, cómo soporta el estrés y cómo podemos tratarlo. Además contamos con pruebas de evaluación de polimorfismos genéticos (con muestras de sangre o saliva) a través de las cuales es posible ver qué enfermedades están latentes (que aún no se han manifestado) en cada paciente para prevenirlas”. Por otra parte, comenta que existe el test de oxidación en orina: “Con unas gotas de orina podemos conocer qué nivel de oxidación tiene el paciente y a partir de ahí saber qué nutrientes está necesitando”. Agrega que hoy la medicina cuenta con una especie de software que escanea el sistema intersticial: “El paciente coloca sus pies sobre una planchuela y mediante la colocación de unos electrodos sobre la frente se obtiene un chequeo completo”, asegura Melamed. Además, se puede investigar la intolerancia alimentaria: con una mínima extracción de sangre se ve la reacción de la célula sanguínea ante determinados alimentos, y así se mejora la dieta. “Sin duda, la gran revolución la causó la terapia ortomolecular que se basa en cómo reparar el organismo que sufre estrés oxidativo. Esto se puede hacer, por ejemplo, a través de plasma rico en plaquetas: se extrae sangre y se separan los glóbulos rojos de las plaquetas, las cuales serán inyectadas nuevamente en el organismo”, señala la especialista.
En esta nueva medicina, las sirtuinas parecen ser las protagonistas. “A nivel molecular existe una serie de mecanismos que supervisan la división celular y la reparación del ADN. Uno de estos mecanismos está mediado por una proteína llamada sirtuina. Las sirtuinas son como vigilantes y reparadores del ADN y su actividad está directamente ligada a la mayor longevidad. Existen algunos factores externos que promueven la actividad de las sirtuinas, uno de ellos es la restricción calórica (comer poco) y otro factor identificado reside en un compuesto del vino tinto, llamado resveratrol”, comenta Castells. Además, el Dr. Jaime agrega que hay dos enzimas muy importantes para prevenir el envejecimiento: “Son la efeadenilgualenina y la superoxidodismutasa, que hoy se pueden recuperar mediante inyecciones”.
Otros grandes protagonistas en esta nueva medicina son los telómeros, los extremos de los cromosomas. “Cada vez que una célula se divide, estos telómeros se van acortando. Se ha podido comprobar que las personas que tienen telómeros más largos, viven más. Existe una enzima encargada de reparar estos telómeros cada vez que se acortan denominada “telomerasa”. En teoría, la administración de esta enzima permitiría reparar los telómeros. La telomerasa, desde el punto de vista de la renovación celular, es muy atrayente pero también está implicada en la replicación de las células cancerosas, siendo la responsable de la división interminable de las células tumorales. Por lo tanto, es un recurso que se encuentra en estudio”, señala Castells. Entre las novedades de la medicina antienvejecimiento, este especialista destaca la quelación con EDTA (un ácido comúnmente utilizado en alimentos que “atrapa” los metales): “Resulta eficaz para eliminar de la sangre los depósitos de metales y minerales que pueden dañar las arterias, como el exceso de calcio y hierro circulante. Con el tiempo se han añadido otras sustancias como el DMSO (dimetilsulfóxido) que permiten hidratar las células de distintos órganos aliviando en muchos casos problemas articulares y hasta el aspecto de la piel”.
UNA BUENA NUTRICION. Uno de los pilares de la longevidad es llevar una dieta sana. “Si se puede lograr desde temprana edad, mejor. De todas formas, adoptar hábitos más sanos a cualquier edad mejora sustancialmente la calidad de vida. Es importante consumir vitamina C, frutas, verduras y pescado”, asegura Melamed. Jaime advierte que “hay que tener cuidado con los suplementos vitamínicos, porque sin la supervisión de un médico y en exceso pueden terminar por oxidar al paciente”. Sugiere el consumo de proteínas: pescado de mar (preferentemente, el salmón), combinar colores de verduras y frutas, suspender harinas refinadas y azúcares que son altamente envejecedoras, consumir alimentos con vitamina E, C y A, frutos rojos, almendras, nueces y ácidos grasos insaturados (aceite de oliva). Lo más importante es tomar agua: una taza de líquido cada dos horas para que la persona permanezca hidratada durante todo el día. Es aconsejable el té verde, que además de hidratar, desintoxica el organismo. Castells suma, además: “Acompañar las comidas con una copa de vino tinto 3 veces a la semana. Una buena alimentación rica en variedad de frutas y verduras provee a nuestro cuerpo de todo lo necesario para neutralizar el exceso de radicales libres producidos como defensa pero, por lo general, resultan insuficientes para la gran cantidad de radicales libres provenientes del exterior, como es el caso de las personas que fuman o están muy expuestas a la luz solar. En esos casos, se hace necesario suplementar con sustancias que aumenten la defensa antioxidante”. Por otra parte, agrega que “la alimentación debe ser variada en cantidad y calidad, hay que comer lo justo y necesario, evitar las grasas, el exceso de carnes y los carbohidratos refinados y consumir suplementos antioxidantes y con componentes bioactivos específicos (isoflavonas, resveratrol, omega 3, etc)”.
Benadiba, por su parte, destaca la importancia de la hidratación para fortalecer el tejido de sostén de la piel y ayudar a la redistribución de la grasa: ayuda a bajar de peso, ya que filtra más rápido la grasa por el riñón. “A medida que pasan los años, el tejido adiposo va instalándose para quedarse en distintos sectores del cuerpo, generando un cambio paulatino de nuestros rasgos y biotipo en general”, explica el personal trainer. En cuanto a la nutrición, sugiere realizar cinco ingestas diarias de una proteína de origen animal, libre de grasa y un hidrato de carbono complejo (sin elaboración) –estos son los que vienen vírgenes en su composición (verduras, hortalizas, frutas, fibras)–, de acuerdo a un estudio que se realizó durante 25 años en Harvard. “Allí se estudió al primate y su alimentación y se comprobó que si ingerimos una proteína magra + hidrato de carbono complejo (sin grasa), se eleva un neurotransmisor llamado serotonina que es el principal activador y equilibrador de nuestras hormonas. Esta tesis surge a raíz que nuestro cerebro registró durante muchos años esta combinación de nutrientes, ya que el hombre corría kilómetros para cazar un animal, cuya composición era libre de grasa, y además el primate trepaba para tomar frutos de los árboles o arrancar plantas de la tierra. La serotonina además de dar saciedad mejora el estado de ánimo, por lo tanto hay que tener en cuenta los factores que la estimulan: el sol, la banana, proteínas 0% grasas ejercicio”, explica Benadiba. Y sugiere: “Ingerir un plato de sopa liviana o una ensalada de hojas antes de la comida te ayudarán a reducir el apetito y la cantidad de alimentos que comerás luego. Que un alimento sea considerado bajo en grasas no quiere decir que pueda comerse sin límites. Cuanto más veces comas al día, el sistema digestivo tendrá más posibilidades de hacer su proceso y de esta manera el gasto calórico producido por la digestión se traducirá en pérdida de grasa. La comida más importante del día debe realizarse a la noche, ya que gran parte de las vías metabólicas se desarrollan durante el sueño”.
RUTINAS CONTRA EL TIEMPO. Media hora de caminata diaria, al ritmo de seis kilómetros hora, es decir, hacer 30 cuadras en media hora, es lo que sugiere como práctica sana la Dra. Melamed. Pero advierte que “no hay que matarse en el gimnasio, sino te oxidás por demás. La medida justa es hacer media hora de cinta, o 15 minutos de cinta y otros 15 de bicicleta fija más media hora de ejercicios aeróbicos”. Otro pilar de la longevidad es el control del estrés. “Hay ejercicios de respiración, meditación, yoga, tai chi… Hoy se sabe que los dos hemisferios manejan distintos conceptos: el izquierdo es del control racional, el derecho es el emocional. Estamos todo el día a pleno con el hemisferio izquierdo, entonces el emocional queda recluido. Por eso es necesario desconectar la mente al menos cinco minutos por día con respiración o meditación. No es fácil de hacer, pero sí necesario”, sugiere Melamed. Por otra parte, propone un programa en el cual se incentiva a las personas a hacer algo: “Es importante que lean, que vayan al cine, que aprendan a tocar un instrumento, que hagan voluntariado o manualidad. La idea es que hagan algo que los entretenga y que vaya contra el estrés”. Según el Dr. Jaime, “lo importante es buscar espacios de re-creación para conectarse con el disfrute”. Benadiba agrega: “Si seguimos el viejo dicho de que ‘se envejece como se ha vivido’, tenemos que tener muy en cuenta la salud mental como uno de los primeros puntos a cuidar. Habría que realizar acciones regenerativas, sesiones de yoga, meditación y respiración (pranayama) o respetar los momentos de descanso”. La clave, según Castells, está en “ejercitar la mente, hacer actividades recreativas, evitar el estrés y dormir al menos 8 horas diarias”.
CREMAS INTELIGENTES. “Se puede ser maravillosa a las 20 años… Encantadora a las 40… E irresistible el resto de la vida”, decía Coco Chanel. Pero siempre es necesaria una ayuda para lograrlo, y la nueva generación de cremas inteligentes vienen justamente a eso. “Son buenas siempre y cuando tengan el principio activo que dicen tener”, asegura Melamed. “Las fórmulas inteligentes logran resultados más rápidos visibles y están desarrolladas para actuar sobre los problemas puntuales, logrando que la piel recupere los componentes elementales para que luzca vital y sana”, explica María Victoria Lavazza, gerenta de Marketing de Avon Argentina.
Por su parte, María Laura Bovcon, bioquímica y directora científica de Laboratorios Vichy, asegura: “Las cremas inteligentes tienen una acción específica sobre distintas necesidades de la piel de acuerdo a cada edad. Así, a los 30 años se comienza con el mioenvejecimiento: las arrugas aparecen por repetición de contracciones de los músculos. Alrededor de los 40, el problema se hace más profundo, a nivel celular. Hay pérdida de firmeza y aparecen arrugas más profundas que nacen en la dermis. Entonces hay que aplicar cremas que estimulen las células, que actúen sobre los fibroblastos para reparar las fibras. Y a los 50, empieza a jugar no sólo la pérdida de las fibras, colágeno y elastina, sino también el estímulo hormonal, entonces es necesario usar los derivados de la soja”, comenta Bovcon. Lejos de la fantasía de haber hallado la fuente de la juventud, al menos hoy existe más de una herramienta disponible para alargar la vida saludablemente.FUENTE Para Ti Online

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